Descubre las claves para separar bien nuestros residuos orgánicos
Una buena gestión de nuestros residuos comienza en casa, y con la materia orgánica, ¡es crucial! Separar correctamente nuestros residuos es el primer y más importante paso, ya que influye directamente en todas las fases posteriores, desde la recogida hasta su tratamiento final.
Para integrar la recogida separada de residuos orgánicos en nuestro día a día, sólo tenemos que hacer un pequeño ajuste en nuestra zona de reciclaje y contar con las herramientas adecuadas.
- Cubo doméstico aireado
Esto es fundamental para facilitar la transpiración de los residuos y así reducir la formación de lixiviados (esos líquidos que se generan al descomponerse la materia orgánica y que pueden contener contaminantes). Además, al favorecer la evaporación de la humedad, disminuye notablemente los malos olores.
- Bolsas compostables
Aunque estamos acostumbrados a usar bolsas de plástico para la basura, éstas son un problema serio en las plantas de tratamiento. Complican los procesos de compostaje y, finalmente, acabar siendo triturado contaminando el compost final.
Por el contrario, al usar bolsas compostables junto con el cubo aireado, evitamos estos inconvenientes. Potenciamos la evaporación de los lixiviados y logramos una reducción considerable del peso de la materia orgánica. De hecho, se estima que las bolsas compostables pueden disminuir el peso total de los residuos orgánicos en un 3,3% de media.
- El contenedor verde, sólo para el «resto»
Es vital recordar que el contenedor marrón es exclusivamente para los residuos de la fracción orgánica. Si mezclamos nuestros restos orgánicos con otros residuos no reciclables y los tiramos al contenedor marrón, estaremos echando por tierra todo el esfuerzo por reducir y reutilizar esta valiosa materia.
Para que la separación sea realmente efectiva, debemos minimizar la cantidad de «impropios» (residuos que no deberían ir ahí, y que pertenecen al contenedor verde). Lo ideal es que estos no superen el 2% del total, aunque se acepta hasta un 5%. Cuando el nivel de impropios es alto (más del 10%), no sólo se transfieren contaminantes visibles (como vidrio o plástico) o invisibles (como metales pesados) que afectan la calidad del residuo orgánico, sino que también se complica y encarece muchísimo su tratamiento para poder reaprovecharlo.